La dermatitis atópica hace alusión a pieles que son
diferentes a lo habitual, y engloba una serie de síntomas como sequedad,
rojeces, lesiones y picor en la piel que requieren un tratamiento crónico. Su
incidencia se ha triplicado en los últimos años, sobre todo en entornos
industrializados, y a menudo se relaciona con la sensibilidad a alérgenos como
el polen, los ácaros, el asma, etc. La padecen entre un 7 y un 10 por ciento de
los adultos pero su incidencia es aún mayor en la infancia. Hablaremos de qué
es y cómo puede tratarse esta afección.
Ref. 9
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