martes, 7 de abril de 2015

Vivir con prisa, criar con calma

Vivir es no dejar nunca de aprender, y este aprendizaje nos mantiene vivos y realizados. Tener un hijo es solo una etapa más que viene acompañada de un auténtico torbellino de nuevos aprendizajes, sin tiempo y muchas veces sin la calma necesaria para asimilarlos. La prisa es un componente fundamental de nuestras vidas, no podemos escapar de ella salvo que vivamos como ermitaños, y aún así siempre tendremos algo que hacer y un tiempo para realizarlo.

Tener un hijo es una importante responsabilidad pero es también un proyecto de vida. A veces querríamos encapsular esos momentos de risas, logros o manifestaciones de cariño y, sobre todo, poder prestar toda nuestra atención a esa personita recién llegada. Pero lo cierto es que de repente hemos aceptado hacer todo lo que siempre dijimos que no haríamos y además el paso dado no tiene vuelta atrás. El tiempo que la vida nos da para esta crianza es insuficiente y aunque lo último somos nosotros es inevitable trabajar y ganarnos el sustento con el que poder sacarle adelante.

Nuestras madres lo dieron todo en su paso al frente para abrir brecha en el mercado laboral. Tuvieron que demostrar más en unos años que muchos hombres en toda su carrera. Así demostraron que podían criar y realizarse profesionalmente. Tenemos generaciones de mujeres con la mejor formación de la historia. Pero ¿cómo equiparar los tiempos de crianza y trabajo? ¿hay en esta sociedad aún espacio para esto? o tenemos los progenitores que seguir eligiendo, hora a hora, día a día para equilibrar esta difícil balanza.

Hoy los padres también crian, limpian, alimentan, visten y juegan con sus pequeños. Concilian y renuncian, se sacrifican y abren un importante camino con sus reivindicaciones y su ejemplo. No está todo ganado. Queda mucho camino por recorrer pero los nuevos padres y madres queremos hacer un pequeño parón y reivindicar nuestro derecho a la crianza.

En países donde cada vez nacen menos niños, en un mundo con toda la información al alcance de todos, con una perspectiva de bienestar minada por la crisis... En esta realidad, queremos reivindicar la conciliación para poder criar. Vivir tenemos que vivir deprisa, y trabajar, sí, pero queremos criar despacio y con mucha atención. Ése es nuestro reto y nuestra responsabilidad.

La pregunta es si sabremos hacerle frente y la sociedad será corresponsable con nosotros.
¿Tú qué crees?

No hay comentarios:

Publicar un comentario