Saber más

Desde finales de la década de los 90 nuestra sociedad ha sufrido una transformación radical. Hemos pasado del casete y el walkman a llevar la música en un pequeño ipod. De escribirnos cartas a recibir los primeros emails. De documentarnos en libros a buscarlo todo en la "googlepedia". Y de hacer cola para usar un ordenador en la biblioteca a llevar un móvil con conexión de datos. Es para preguntarse seriamente si de aquí a quince años volveremos a vivir la misma revolución, la verdadera, la que hemos vivido quienes tenemos más de 30 porque los menores ya se han encontrado con este entorno digital.

En publicidad la cosa no es muy distinta. Quienes llevamos años en el sector vimos dejarse las pestañas en la mesa de luz a los diseñadores y directores de arte, pelearse con la mensajería a las administrativos encargadas del tráfico o inspirarse en gruesas enciclopedias a sesudos jefes. Las negociaciones se cerraban por fax, ¿alguien recuerda ya qué es eso?, los pantonarios eran de papel, y se revisaban sesudamente los ferros antes de imprimir cualquier folleto o publicación. A veces me pregunto qué hacíamos todo el día los trabajadores en un ordenador sin conexión a internet ¿os acordais?

Nostalgias al margen y consciente de que "cualquier tiempo pasado fue peor", no mejor, la publicidad de hoy en día no se limita a los anuncios de televisión o en revistas, sino que todo pasa por el filtro de internet y las redes sociales. La publicidad on line no subirá de forma desmedida, no, pero lo cierto es que el papel ya no se lleva -o sí- y hoy el mundo de posibilidades para promocionar una marca o una empresa es tan increíble como inabarcable.

Las marcas de prestigio ya no solo se promocionan a base de publicidad convencional, se buscan perfiles de personas intesantes que puedan generar contenidos creíbles -marketing experiencial- se potencia la relación con el cliente y se difunden sus experiencias positivas con un producto. Se permite la interrelación en redes sociales, a menudo a tiempo real con productos y servicios, y se dedican más recursos a generar estas mallas de diálogo social que a cualquier otra cosa porque de ello depende el éxito y hoy más que nunca lo que no está en internet no existe.

La vida se convierte en ficción, o así podría ser, y cada ciudadano interconectado en un perfecto prescriptor o detractor.  Las fronteras se hacen cada vez más difusas y todo lo que sea posible y pueda llegar a ser trending topic puede formar parte de una estrategia. Todos somos más leves, recibimos demasiados estímulos y somos más críticos, pero seguimos siendo tremendamente influenciables. 

Los contenidos cobran en todo este entramado un papel fundamental. En la era del blog todos podemos crear uno pero no todos tenemos la capacidad de generar contenidos de interés. Pero el talento también se compra y se vende para conseguir algún fin. Y las campañas siguen siendo eficaces o no en función de su imagen, pero también del mensaje, ya que una palabra puede emocionarnos tanto como una imagen o más.

"Nunca abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario" (Walt Whitman)

Pues lo dicho, y nuestro viaje apasionante comienza aquí, 
¿y el tuyo...?